
A medida que gran número de individuos van llegando a sus respectivos niveles de incompetencia, se acumula la hojarasca, se deteriora la calidad, triunfa la mediocridad, quiebran las empresas, se desmorona la civilización y se oscurecen las perspectivas del hombre.
Es una paradoja que en nuestra época de drásticos y fulgurantes cambios, cuando el futuro está entre nosotros, devorando el presente entre nuestros ojos, nunca hemos estado menos seguros del porvenir que nos espera.
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