jueves, 23 de octubre de 2008

AGUA QUE SE DA


La líquida cinta del río serpeaba por el angosto valle en mil curvas caprichosas.



Se diatinguía perfectamente. Allí donde llegaba la caricia suave del agua, se obraba el milagro de la fecundidad: huertas cultivadas con vergeles, tapices de verdor intenso, árboles en desordenada profusión exuberantre. Fuera del alcance del agua, laderas amarillentas, peñascales desnudos, erosión y polvo.






¡ Que secreto misterio éste del agua que todo lo convierte en vida !



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