Recordarás que los animales gritan, emiten voces, pero el hombre tiene además, palabras. Y sabe distinguir. Ha nacido para la convivencia.
El hombre, más que otra cosa, es palabra, diálogo. Por eso tiene que aprender las características del diálogo. El diálogo:
Exige claridad e inteligibilidad. No es orgulloso, ni ofensivo, ni
hiriente. Es pacífico y humilde. Crea amistad y familiaridad. No se
apoya en el mandato o en la fuerza. Se adapta a las circunstancias
para que nadie se sienta mal. Respeta la dignidad personal. Y se ali-
menta, sobre todo, de la verdad. Nunca de la mentira o de la falsedad.
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